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¿DE QUÉ TENDRÍA QUE ESTAR COMPUESTA LA PIEL DE LOS VAMPIROS PARA ARDER COMO EN LAS LEYENDAS? 

Seres ficticios que, según la literatura y el cine, se alimentan de la sangre de los vivos y tienen una serie de características sobrenaturales, como la inmortalidad, la fuerza, la velocidad y la aversión a la luz solar.

Los vampiros son seres ficticios que, según la literatura y el cine, se alimentan de la sangre de los vivos y tienen una serie de características sobrenaturales, como la inmortalidad, la fuerza, la velocidad y la aversión a la luz solar. Por un momento supongamos que estos seres son reales e imaginemos que serie de condiciones deberían de cumplirse para que ardan como en las películas y no solo brillen con estilo.  

Para que solo con los rayos del sol ardan vamos a imaginar que los vampiros tienen cuatro condiciones que les hacen vulnerables al sol:  

Porfirinas 

Las porfirinas son compuestos orgánicos que forman parte de la hemoglobina, el pigmento rojo que transporta el oxígeno en los glóbulos rojos. Las porfirinas tienen la capacidad de absorber la luz y transferir esa energía a otras moléculas, lo que puede provocar reacciones químicas dañinas. Algunas personas sufren de porfiria, una enfermedad genética que impide el correcto metabolismo de las porfirinas y causa síntomas como anemia, sensibilidad a la luz, erupciones cutáneas y deformaciones óseas. Se ha sugerido que algunos casos de porfiria podrían haber inspirado las leyendas de los vampiros. 

Si los vampiros tuvieran una alta concentración de porfirinas en su sangre, podrían sufrir un efecto llamado fotodinámica, que consiste en que las porfirinas absorben la luz solar y generan radicales libres que dañan las células y los tejidos. Esto podría causarles quemaduras, ampollas, inflamación y necrosis en la piel. Además, las porfirinas podrían reaccionar con el oxígeno del aire y producir peróxido de hidrógeno, una sustancia oxidante que podría agravar el daño celular. 

Deficiencia de melanina 

La melanina es el pigmento que protege la piel de los rayos ultravioleta del sol. La melanina actúa como un filtro natural que evita el daño celular y el cáncer de piel. Las personas con albinismo, una condición genética que impide la producción de melanina, tienen una piel muy blanca y sensible al sol, así como problemas de visión. Los vampiros podrían tener una forma extrema de albinismo que les hiciera vulnerables a la luz solar. 

Si los vampiros tuvieran una deficiencia de melanina en su piel, podrían sufrir un efecto llamado fotoquímico, que consiste en que los rayos ultravioletas del sol penetran en las capas profundas de la piel y alteran el ADN de las células. Esto podría causarles mutaciones, envejecimiento prematuro, arrugas y cáncer de piel. Además, los rayos ultravioletas podrían activar el sistema inmunológico y provocar una respuesta inflamatoria que podría deteriorar aún más la piel. 

Falta de sudoración 

La sudoración es un mecanismo fisiológico que permite al cuerpo humano regular su temperatura mediante la evaporación del agua en la superficie de la piel. La sudoración ayuda a mantener el equilibrio térmico y a evitar el sobrecalentamiento del organismo. Los vampiros podrían tener una incapacidad para sudar debido a algún defecto en sus glándulas sudoríparas o en sus nervios simpáticos. 

Si los vampiros no pudieran sudar para regular su temperatura, podrían sufrir un efecto llamado hipertermia, que consiste en un aumento anormal de la temperatura corporal por encima de los 40°C. La hipertermia puede causar alteraciones en el metabolismo, el flujo sanguíneo, el ritmo cardíaco, la presión arterial y el sistema nervioso. Esto podría provocarles convulsiones, delirio, coma y muerte. Además, la hipertermia podría aumentar la sensibilidad de la piel a la luz solar y agravar los efectos de las porfirinas y la falta de melanina. 

Fósforo blanco y clorato de potasio 

El fósforo blanco es un compuesto químico altamente reactivo que se oxida rápidamente al entrar en contacto con el aire y produce una llama blanca y humo. El fósforo blanco se usa en algunos tipos de armas incendiarias y explosivos. El clorato de potasio es un compuesto químico que se usa como oxidante fuerte en algunos fósforos y fuegos artificiales. El clorato de potasio puede reaccionar con materiales orgánicos como el azúcar o la glicerina y producir una combustión violenta. 

Si los vampiros tuvieran fósforo blanco en su piel y clorato de potasio en su sangre, podrían sufrir un efecto llamado pirofórico, que consiste en que las sustancias químicas se inflaman espontáneamente al exponerse al aire o al calor. Esto podría causarles quemaduras severas, desprendimiento de la piel, hemorragias internas y explosiones. Además, el fósforo blanco y el clorato de potasio podrían interactuar con el agua del cuerpo y generar gases tóxicos como la fosfina o el cloro. 

Conclusión 

En este artículo, hemos imaginado que los vampiros tienen cuatro condiciones que les hacen vulnerables al sol: una alta concentración de porfirinas en su sangre, una deficiencia de melanina en su piel, una incapacidad para sudar y regular su temperatura y una presencia de fósforo blanco en su piel y clorato de potasio en su sangre. Hemos visto cómo estas condiciones podrían afectar a los vampiros y por qué les harían arder o explotar al exponerse al sol. 

Sin embargo, hay que recordar que los vampiros son seres ficticios que no existen en la realidad. No hay evidencia científica que sustente la existencia de los vampiros ni de que tengan alguna relación con estas sustancias. Los vampiros son solo un producto de la fantasía humana que ha dado lugar a muchas obras de ficción. 

Espero que te haya gustado este artículo y que te haya hecho pensar sobre los vampiros desde un punto de vista diferente.   

¡Hasta la próxima! 

Créditos a:

Israel Sánchez

Daniel Correa

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